Equilibrio

Todos hemos oído hablar de los tan conocidos y necesarios cinco sentidos: el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato. Estos sentidos son los que nos ayudan a conectar con el mundo exterior. Sin embargo, en el blog de hoy quiero destacar un sexto sentido; el equilibrio.

El sentido del equilibrio esta estrechamente relacionado con el control postural.

La postura constituye una adaptación del esquema corporal al espacio, es decir, la percepción global y segmentaria del cuerpo que permite simultáneamente el uso de determinadas partes de él, así como conservar su unidad en acciones globales.

Ante cualquier tarea primero generamos una activación de la musculatura postural, después prosigue la activación de la musculatura motora y posteriormente vuelve a activarse la musculatura postural para estabilizar el cuerpo, para ajustarse en función de la tarea que se esta realizando.

Un control postural efectivo requiere que el SNC tenga una imagen exacta de donde se encuentra el cuerpo tanto si esta estático como en movimiento. Ya que las demandas posturales durante la bipedestacion son diferentes durante la marcha. Por ello, la información sensorial se organiza de manera diferente en función de las tareas.

Una desalineación de los segmentos corporales dificulta poder realizar de forma satisfactoria patrones de movimiento normales y potencia, al mismo tiempo, la aparición de otras desalineaciones adoptadas por el paciente. Por ejemplo: la mayoría de las personas que han sufrido un ICTUS desplazan el centro de gravedad hacia su hemicuerpo sano y hacia posterior, disminuyendo la carga sobre el hemicuerpo afecto.

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¿Equilibrio = Estabilidad?

  • El equilibrio se define como la capacidad para mantener la postura (sentados o de pie) y de conocer su orientación en el espacio y posición.
  • La estabilidad es la capacidad de mantener una posición estática sobre la base de apoyo o de volver a la posición original cuando el cuerpo ha sido apartado de su equilibrio.

El mantenimiento del equilibrio tiene una relación muy estrecha con la agilidad/velocidad. Es decir, dependerá de la capacidad del cuerpo para moverse rápidamente en diferentes direcciones y mantener nuestro centro de masas dentro de nuestra base de apoyo para recuperar la estabilidad.

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En el caso de los pacientes con espasticidad es importante saber que la espasticidad limita la velocidad del paciente para moverse rápidamente, debido a que la activación del reflejo de estiramiento depende de la velocidad y provoca perdida del control postural.

Tipos de equilibrio

En el proceso para mantener el equilibrio mediante ajustes tónico-posturales se manifiestan dos formas básicas.

  • Equilibrio estático es la acción realizada para mantener la postura por medio de un control del tono muscular anulando las variaciones (de carácter externo e interno) que pudieran incidir en la posición.
  • Equilibrio dinámico es una acción de ajuste y control del tono postural que mantiene el cuerpo sobre la base de sustentación cuando el centro de gravedad se aparta de ella.

La mayor parte de nuestras tareas diarias requieren de tres tipos de equilibrio que en pacientes sanos suelen aparecer de forma consecutiva. En el caso de los pacientes neurológicos probablemente una o más de estas habilidades se vea mermada.

  • Equilibrio estático. Habilidad de mantener una posición estable. Por ejemplo, estar de pie sin moverse.
  • Equilibrio anticipatorio o proactivo. Habilidad de anticiparse y estabilizarse previamente a un movimiento voluntario. Este podrá ser tanto estático como dinámico y vendrá dado por la experiencia previa. Por ejemplo, prepararse ante un posible empujón.
  • Equilibrio reactivo. Habilidad de recuperarse de una alteración inesperada, pudiendo ser también tanto estático como dinámico. Por ejemplo, realizar estrategia de paso ante el frenazo brusco de un autobús.

Para mantener la posición, el ser humano debe anticiparse y acomodar su comportamiento como respuesta a las demandas planteadas por la actividad que desea realizar y a las condiciones de su entorno. Ello implica que las respuestas posturales se están modificando constantemente y se ajustan según el contexto. En consecuencia, en las personas con enfermedad neurológica, se observan dificultades para cambiar, de manera rápida y eficaz,de una estrategia de movimiento postural a otra.

A modo de ejemplo, las personas con daño cerebral modifican la alineación de sus segmentos corporales en bipedestación o durante la marcha para mantener la estabilidad. Ademas, pueden reclutar musculatura no habitual en determinados patrones de movimiento y llevar a cabo sinergias musculares diversas a las realizadas por quienes carecen de cualquier tipo de daño.

Dependerá de la lesión de nuestro paciente que tipo de equilibrio este afectado. El equilibrio es una parte fundamental del tratamiento en neurología y debe trabajarse para evitar las tan temidas caídas. Por lo tanto, sumamos un parámetro más al global de la rehabilitación. Un paciente con un buen equilibrio se siente seguro y la seguridad garantiza casi en su totalidad evitar caídas.