Profesionalidad y Pasión por nuestro trabajo
Personas que trabajamos en Atlaxis

Unai Salgado Caballero
Siempre he tenido clara cual quería que fuera la profesión en la que desarrollarme, tanto laboral como personalmente. Como amante del ejercicio físico y firme creyente de los beneficios de la movilidad y la locomoción, abogo siempre por la actividad. De hecho, persiguiendo el camino para llegar a ser lo que hoy soy, tomé la decisión de realizar previamente un ciclo de Formación Profesional como Técnico en Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD).
Mi intención, antes de conocer el amplio abanico de posibilidades que ofrece la fisioterapia, era especializarme en el ámbito deportivo. Sin embargo, descubrí que existe una opción que permite unificar la actividad física con la asistencia y tratamiento clínico de la fisioterapia en personas con dificultades para el movimiento, y ese ámbito es la Neurorehabilitación.
Tras 4 años de carrera universitaria con una Mención en Pediatría, 2 años de Formación profesional como TAFAD, 2 años de inicio laboral en un centro de servicio integral de Rehabilitación Neurológica; aterricé en ATLAXIS para continuar el camino y seguir creciendo. Colaboré con APNABI (Asociación de padres de afectados de autismo y otras psicosis) durante unos años conociendo un colectivo que verdaderamente necesita de nuestra labor.
Desde que entré a formar parte del equipo de ATLAXIS, la formación que he ido adquiriendo ha estado bastante ligada a la neurorehabilitación: Equilibrio y control motor, neurodinámica, ATM, fuerza y curso básico en reconocimiento y tratamiento de personas adultas con alteraciones neurológicas (Concepto BOBATH), entrenamiento de la fuerza y fisioterapia para personas con Lesión medular.
El futuro próximo valoro poder realizar formaciones más especificas y sobre todo, orientadas hacía mejorar las capacidades físicas de los pacientes. En mi día a día, lo que más procuro desarrollar en mi trabajo es que mis pacientes se sientan capaces. Valorar y sacar todo el potencial que tengan y que eso les haga la vida más fácil.
En este viaje también se aprenden cosas que no vienen en los libros y he adquirido y reforzado habilidades muy necesarias para la práctica clínica como la empatía, la paciencia, la perseverancia, la creatividad y muchas otras que seguiré descubriendo sobre mí y que intento volcar en cada uno de los pacientes que llega a mis manos. Porque, para mí, lo que conocemos siempre es poco. La “mochila de conocimientos” tanto a nivel profesional como personal jamás estará lo suficientemente llena.
Mi profesión es muy agradecida en muchas ocasiones y complicada en otras, pero la balanza siempre se inclina hacia la perspectiva positiva. Comparto la idea de mirar siempre adelante, con el pasado como maestro, el presente como vida y el futuro como guía.