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Dificultades de aprendizaje ligadas al neurodesarrollo

Como madres y padres, siempre nos preocupamos por el rendimiento escolar de nuestros hijos e hijas. Las dificultades, que con más frecuencia nos encontramos en la clínica, son:

  • Malas posturas a la hora de estar sentado.
  • Dificultad para poder permanecer sentado demasiado tiempo, y / o necesidad de movimiento en la silla.
  • Mala pinza y exceso de fuerza sobre el lapicero para escribir o dibujar.
  • Acercarse demasiado al papel al leer o escribir.
  • Dificultad para no perderse de línea al leer, acompañado a veces de dificultad de comprensión en el texto.
  • Dificultad en la comprensión de los problemas de matemáticas, y o suman todo, o dividen, etc.
  • Se agotan rápidamente y suelen tardar demasiado tiempo en la realización de las tareas.

Esto y otras dificultades, en la mayoría de los casos, suelen ocurrir en niños sanos sin otros síntomas asociados de TDA, dislexia, etc.

Desde el punto de vista de neurodesarrollo, las dificultades de aprendizaje, pueden tener una explicación, en el desarrollo de diferentes sistemas (equilibrio, visión, audición, postura, función manual….)

Detrás de las dificultades de atención y aprendizaje, puede haber diferentes etiologías, como por ejemplo alguna dificultad a nivel visual, auditivo, emocional, algún trastorno especifico como por ejemplo la dislexia, pero también, una inmadurez en el neurodesarrollo sensoriomotor del niño puede afectar de manera negativa al aprendizaje.

Todos los bebés del mundo vienen programados con una serie de reflejos primitivos (automatismos), que en un primer momento ayudan a su supervivencia, como por ejemplo el reflejo de agarre, succión y deglución a nivel oral, con los que el bebé se alimenta de manera automática al pecho de su madre. Posteriormente estos reflejos automáticos (unos 4 meses aproximadamente de duración a excepción de alguno), se convierten en circuitos neurológicos voluntarios, es decir, al poner el bebé de 4 meses al pecho, será el bebé el que decidirá sí come o no.

 

Este camino neurológico en la boca, que es el ejemplo que hemos puesto, permitirá posteriormente al niño, comer, hablar, gesticular de una manera correcta y eficaz. Pues bien, a nivel visual, auditivo, manual, postural y de coordinación entre diferentes sistemas como por ejemplo el óculo-manual, tienen un a camino de maduración nervioso y una dificultad en una ventana de maduración, puede afectar al siguiente eslabón de la cadena y posteriormente podríamos ver que el niño puede desarrollar dificultades en diferentes áreas, como, por ejemplo, las dificultades de aprendizaje ligadas al neurodesarrollo.

Como expertos en fisioterapia de neurodesarrollo infantil, sabemos por experiencia, que muchas de estas dificultades, pueden ser consecuencia de alguna dificultad en las primeras etapas iniciales de neurodesarrollo sensoriomotor del niño o niña, en la que se están asentando los automatismos del sistema nervioso, que después serán la base de funciones más complejas.

Estos automatismos, son la respuesta a que por mucho que les digamos a nuestros hijos e hijas; sienta bien, atiende, no aprietes tanto el lapicero…, no lo harán, y no porque no quieran, si no, porque no pueden.

La mayoría de las alteraciones a las que nos referimos, son signos leves de funcionamiento del sistema nervioso, es por eso, por lo que nos referimos a niños y niñas sanos, pero que les cuesta realizar alguna tarea especifica, o concentrarse, son inquietos, y como padres, aunque les digamos mil veces lee bien, siéntate bien, etc., no lo harán, y no porque no quieran, sino, porque no pueden, ya que es funcionamiento automático. Solo lo pueden realizar si se concentran con un coste de mucha energía, y en cuanto la energía baje volverán a su postura o a desconcentrase, ya que para ellos es lo automático, es decir, lo más económico en energía.

 Varios ejemplos:

  • El sistema vestibular, es nuestro sistema de equilibrio que vamos entrenando desde que nacemos, cuando nos cogen en brazos, nos colocan en diferentes posiciones, nos portean…

    Este sistema de equilibrio, si está bien integrado, nos permitirá permanecer quietos, muy importante a la hora de poder prestar atención.

    Muchos niños y niñas, con una afectación leve de este sistema, tienen dificultad para poder permanecer quietos de una manera eficaz y sencilla, con lo cual, necesitan moverse para poder permanecer en equilibrio, es decir, su quietud es el movimiento. Y si tengo problemas para permanecer quieto, tendré problemas para poder prestar atención a la persona que tenga delante.

    Generalmente suelen ser niños muy deportistas que les gusta moverse, y en parte viene dado por su necesidad de movimiento, porque en estático (quieto), es muy difícil para ellos.

    Esta dificultad, en ocasiones puede ser confundida con la hiperactividad.

  • Una torticolis muscular congénita, una plagiocefalia, o cualquier otra alteración que afecte al sistema cráneo-cervical de los bebés, pueden tener consecuencias negativas; por ejemplo, a nivel oculomotor se puede ver afectado, el tono muscular de un lado del cuerpo y del otro puede ser que sea diferente influyendo en postura, y además como estas patologías son típicas al principio de la vida, suele ser habitual que el resto de las etapas del neurodesarrollo se vea algo afectada.

    Sea cual sea la causa, es difícil de establecer la causa real, ya que al final es una comorbilidad de síntomas, en las que intervienen diferentes sistemas biológicos, y en muchas ocasiones, tendemos a etiquetar o prejuzgar a los niños por lo que vemos en su rendimiento escolar, comportamental, postura, torpeza, etc.

    Sin llegar a entender del todo, el origen del por qué se comportan de una determinada manera u otra.

En Atlaxis, realizamos una valoración completa y exhaustiva de neurodesarrollo, para entender los mecanismos que frenan su aprendizaje o desarrollo.

Es una valoración, en la que vamos valorando diferentes áreas del sistema nervioso, valoramos automatismos, circuitos primitivos, pruebas oculomotoras, lateralidad, memoria visual y auditiva, comprensión lectora, postura, las articulaciones más pueden influir en las dificultades de aprendizaje como por ejemplo las cervicales.

Una vez recogidos todos los datos, se realiza un informe y nos juntamos con los padres para explicar y entender mejor las dificultades de su hijo o hija y exponer el tratamiento.

Es un tratamiento fácil de realizar, con la intención de reprogramar el funcionamiento de su sistema nervioso, dando una buena base a todas las funciones automáticas del cuerpo (equilibrio, postura, visión, audición, gestión del estrés, función manual) y así poder permitir a los niños que puedan alcanzar su máximo potencial, pudiendo realizar las tareas propuestas con un menor gasto energético.

Si quieres más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te atenderemos encantados.

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